En estas fotos vemos a un par de policías haciendo un trabajito extra para llevar pan a sus casas, vendiendo rosquillas por las calles al mismo tiempo que patrullan.

También hay otros que pueden cortar cabello y controlar al hampa al mismo tiempo. Es una labor de prevención para que así a las mujeres no les sigan robando las melenas por las calles.7
Estos han decido ahorrar en empleados, y ellos mismos son los que llenan su licorería
No faltan los que practican sus acrobacias para luego participar en alguna función del circo
Y al final de la dura jornada, se sientan en el suelo de su comandancia a comerse lo que les den. El hambre aprieta.
Pero siempre queda un tiempo para un poco de placer en la intimidad.
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